22 enero 2009

Soy uno de tus vicios

Sé que en estos días la soledad te ha golpeado más que nunca

porque de a chin, te acostumbraste a tenerme cerca. A solo varias paredes de distancia. Ya no te extraño. Pues, nunca he dejado de estar lejos de ti, aunque ambos creamos lo contrario. Sé que en estos días has sido tentada a mil cosas y que las circunstancias de siempre, te han paralizado. Por ejemplo, has querido ponerte en contacto conmigo, porque extrañas de mí todo, mis ojos caídos y mi expresión de distancia, además de mis labios al rozar tu rostro, que alguna vez anhelé me perteneciera con toda tú de paquete y que hoy, de algún modo, se borra lentamente. Sé que cuando sales a beber tu café y a fumar tu cigarrillo, sientes un minúsculo vacío, sientes que algo muy en tus adentros te duele un chin y ese chin que te duele soy yo. Porque entre tantas cosas, tanto jodido trabajo, tanto jodido estudio, tanto jodido seminario, tanto jodido todo, tantas esperas y tanto agobio, soy uno de tus vicios. Sé que me extrañas más de lo que te extraño a ti, porque siempre he estado presente en el chateo, con el hi, estás ahí, con el signo de interrogación en cierre, y pocas han sido tus respuestas expresas, aunque conozco la respuesta mayor y no te soy indiferente, si lo fuera, sé, que me lo hubieses dicho. O todavía estás a tiempo de aclararme ese punto, no te soy indiferente. Sin embargo, el miedo te paraliza y al amor no se le teme, a la atracción se le asume, se enfrenta. Yo no había pensado en ti ni un solo día, porque entre mis proyectos literarios y mi agenda de acio de estos últimos días, no he tenido tiempo para recordar que en el mundo hubo una mujer que me tuvo de cabeza. Sé que en estos días hay agobio en tu vida, porque no me tienes a unas paredes de distancia, para oxigenarte cuando crees que te asfixias en esa carga de vida diaria rutinaria. Por eso te invito, vamos a encontrarnos clandestinamente, para ser nosotros mismos, reconstruyendo todas las historias de tu piel.

17 enero 2009

esos amigos invaluables

Me siento sumamente orgulloso. Porque para mí los amigos son inapreciables, la capacidad de solidarirzarnos es inmensa, y eso es lo que ha hecho conmigo mi amiga, la novelista Blanca Miosi. Blanca es venezolana, es peruana, es latinoamericana y ha publicado varias novelas importantes. Siempre ha exagerado conmigo en su tratamiento de amiga sin preámbulos, lo que sin lugar a dudas me enorgullece.

En esta ocasión ella hace un comentario en su blog, que quiero compartir con quienes distinguen Hombre de Letras con su lectura.

por favor clic aqui http://blancamiosiysumundo.blogspot.com/

15 enero 2009

Un chin de mí

Con el Cardenal en la faena periodística.




Néstor Medrano

Hay algo que me gusta de mí mismo: me precio de ser un tipo que no le para bolas a nada. Si se puede se puede y si no, pues hasta la vista, chao, so long y seguimos el party en paz, o en guerra, depende de quién se trate, y en esta ocasión se trata de mí.
La dificultad mayor es hablar de mí mismo, cuando hay tantas cosas en este mundo de las que puedo hablar, más importantes claro, que yo, pero, como si de joder se tratara, tengo que buscar la manera de hablar de mí hoy, porque, el momento lo amerita. No me gusta hablar mucho en clave, para qué si al final hasta el más imbécil sabe, por lo menos de reojo, cuáles son nuestras penas, nuestras miserias, nuestras aspiraciones y regularmente, los tormentos de la hembra que queremos para acompañarnos, aunque amemos a dos mujeres, o a tres: quién sabe, el mundo es amplio y las perspectivas del alma ingobernables. He visto de cerca las tentaciones de la vanidad en los últimos meses. Se ha depositado en mil presencias, en la calle, en alguna recepción, en alguna reunión social, aunque macho, les juro que las actividades sociales se han reducido a un espectro tan estrecho, que a veces solo me queda compartir, de manera egoísta conmigo o Néstor el chiquito, o con Camila, pero vamos, que ellos todavía no entienden de estas vainas que sentimos los que somos la gente adulta, viva el mundo de los niños. Al finalizar el 2008 fue bueno, una vaina como ofender a Dios, sería decir otra cosa, pero, en mi defensa puedo decir que cerró bien. Alguna resonancia social que traspasó mis propias fronteras, un acercamiento íntimo, descarnado, y profundo- cuánto he sudado escribiendo cosas que no puedo revelar porque están en fase de evaluación-, la persecución de una mujer en la cual trato de descifrar los aspectos más recónditos en el ámbito de lo femenino, más que de competencia o de preparación académica- una mujer siempre me enloquecerá cuando tenga algo de levantisca, de loca, de vamos a asumirnos sin darle mucha mente a la vaina, con el contraste y aquí está la jodida piedra angular del asunto, de que siempre que me enamoro, algo en mí como que se pierde y vaga. Entonces me da con internarme en las viejas escapadas a los innombrables lugares de la zona colonial donde tantas historias coleccionamos quienes nos aventábamos como aprendices inmateriales de escritores, cuando nos escapábamos de las clases nocturnas en la universidad para caer, en medio del can, el sexo, el trago y otras acciones prohibidas en la avenida del puerto y aparecían, por supuesto que entre ellos yo, quienes nos estrujábamos con esa necesidad de la carne a veces recalentada por besitos provocativos de chicas que vivían su época, adheridas al Grupo Eagle y al Hotel California, o recalábamos en el colmadito de la calle Las Damas y nos metíamos en Casa de Teatro a degustar un gratuito y sabroso Brugal con Coca Cola- antes, ahora me gusta el whisky, le saco algún saborcillo a la beerra, bien fría, como buen dominicano universal y localista al mismo tiempo. Porque, lo digo aquí, me gusta asumir la vida como debe asumirse, con cierta responsabilidad, reconociendo que hay muchísimos compromisos, pero que la vida es tan dulce que uno no puede agotarla nada más que quemándose el caco, se debe vivir un chin. Además, he aprendido a no creerme todo lo que me dicen, detectando, vaya leones, que no todo lo que brilla es oro y que el oro no siempre te dora la existencia.
Quienes me conocen lo saben. Soy un tipo claro, tan claro que a veces no parezco negro, y uno de mis principales problemas es que, me paso de claro. Es por ello que al hablar hablo, me saco lo del corazón sin medias tinas, poco político y más imbécil y hasta soñador, siempre me creo que el otro recibirá mis mensajes con la misma sinceridad con la que yo los abono. Es igual cuando chateo, cuando hablo. Digo las cosas que siento, después de todo, para qué hablar si no es para sacarnos la mierda de adentro o la frescura de adentro o la verdad de adentro. Pero una cosa es segura, seguiré metido en la misma vaina, escribiendo las mismas jodiendas y cayéndole atrás a la chica que, también me ama, pero teme darme un besito de más de tres minutos.

12 enero 2009

Vamos a decidir

Estarás pensativa, como siempre en cualquier esquina de tu habitación o de tu butaca de mujer infinita, probando los destellos de algún pensamiento líquido y yo estaré junto a ti consignándome en el silencio. Acariciando los límites de tu mujeritud y de tus sonrisas letales: buscando que me ames, que puedas verme abiertamente y dejar los espantos...lo haremos, vamos a decidirnos.


No he vacilado nunca en negar que lo otro
es el stop de una etapa superada hará dos horas
un poco más tarde. Tampoco temo al reloj de arena
que, despacio se petrifica para que no exista tiempo:
solo una colección de sombras y postulados oscuros
sobre las penurias de nuestra realidad.
que estuvo a punto de existir: se interrumpió
cuando apareciste a punto de descalabrarme
con los minutos del insomnio. No he vacilado al admitir
que tu partida a las dos de la tarde se produjo a las dos
de la madrugada instantes antes de descalabrarse el reloj.

Reloj:
2:00 de la madrugada.
¿Por qué desdecirme si solo eres un espejismo, un pasado
natimuerto del presente que pudo ser y que no fue por tu temor
por esa cobardía que te hace negar lo que es innegable y que te
perturba cada instante en el cual me miras y me besas con el
deseo de besar más allá de las mejillas?
¿Por qué desorganizar las piezas de mi memoria que te recuerdan
Evocando una sugestiva caricia, por lo menos un lamido existencial
A tus pezones de mujer prohibida que nunca fue y que todavía puede ser
Incluso hoy, puedes decidir sobre mí y tenerme cerca aunque estemos lejos
y pedirme ven estoy sola quiero que me quieras y me acompañes en el café y reconozcas que puedo ser yo mismo más allá de tu miedo y del miedo que nos provocamos cuando estamos cerca
que nos descaracteriza, nos distancia y nos acerca
nos hace cómplices de un diálogo de mudos y de
una plática de confesos amantes de papel y computadora.
Nos amamos.
Y es que nos diluimos todos los días en esta verdadera mentira que somos
Ambos y que los dos pretendemos ocultar ocultándonos de nosotros mismos y hasta de las llamadas de nuestros labios de nuestros cuerpos de ti de mi
De los dos en vida y en las cotidianas mañanas de todos los días.

02 enero 2009

TRÁNSITO DEL TIEMPO




NÉSTOR MEDRANO



Al abrir los ojos
el cuadro de silencio embriaga la hora
reloj:
2:00 de la madrugada.
Tu cabellera negra: es cascada de seda,
luz encendida sin llama
sin el extraño rubor
de tus mejillas
reloj:
mujer tostada, con la piel
de mulata
2:00 de la madrugada.
Y el silencio
Al abrir los ojos
El cuarto está vacío, sin ti, sin mí
solo conmigo que es
como si no estuviera.
Y los cristales
acompasados entre el metal de las campanas
de un pueblo que nos despide: antes del sol.
Tu cabellera negra
cascada de sombras
y tú, más allá del circuito
del humano circuito
de nuestras medianoches asoladas.
¿Por qué insistir si me desgarra la brisa
el chasquido de frío del pasillo
también solitario?
Cristales en la puerta: pedazo de esencia
Olor de seda
De tu cabellera negra
2:00 de la madrugada

Permití que nos derritieran las primeras horas:
el zumbido mágico
de canela:
mujer de tierra, de agua lluvia bañada de sol.
¿Por qué insistir si me desgarra la brisa?,
El aullido distante
de tus mordidas edulcoradas
Mujer: ya no vivirá el agosto de septiembre
que marcó nuestro tiempo
ni juntos seremos la noche de día
a la hora de deshacer el amor.
Descomponer el amor: en granitos
De calor. Sudor azul chorreando ácido de amanecer
y luego
otro baño de soledad.

Al abrir los ojos
inicia el preludio de la noche: acompañada
de mí y de ti que estás ausente
como llegas
arropada con esa piel de canela
edulcorada:
eras, más allá de las mínimas coincidencias
el punto de partida
de mi llegada.
¿Por qué nos ocultamos ahora?
huir de la ciudad para forrarnos de anonimato,
vestirnos de los dos para embebernos
del legítimo sudor
de la creación y los gritos: ¿por qué situarnos en este extremo
de un cuarto vacío en el que estuvimos juntos
despiadándonos del vino y de la legión
de demonios, dioses azules
torres de gemidos silbantes
turgencias, locura...
desolación.

Hay más
a punto de continuar en la práctica
de sacudir el reloj
reloj:
2:00 de la madrugada
y antes descubrimos las montañas nevadas:
las tierras rojas escarpadas
el incendio polar de un final sin comienzos:
ambos
como dos elementos desnudos
en el espacio interminable
de los resquicios de tu cuerpo:
cabellera negra en cascadas
como un derrame sobre mi rostro
convergencia febril y descarnada:
ombligos astrales: pálpitos del vientre
reloj:
estanterías de tu perfume de tus labios delgados
de tu cuerpo delgado de tu sexo delgado y punto.

2:00 de la madrugada.
y te busco enceguecido
por estos cristales disonantes soplados por tu
aliento
y no te encuentro porque antes de llegar
has partido en el fluido del pasado.
Es como decir, good bye, so long.
hasta la vista.
Para llorar: canela de tus besos
danza de tus caderas
mágicas cadencias y
allí, antes de aventurarnos en este frío calor de la
cerveza: espumas, humo de cigarrillo
tambores primitivos del origen
me dices good bay, so long;
hasta la vista.
Es,
Tu ausencia presente lo que respiro en esta
Alberca de deseo: fugaz silbido de un retrato
dibujado por mí antes
de que fuéramos ambos y luego ninguno

reloj:
2:00 de la madrugada
y beber tu piel mulata de pelo negro en cascada de seda
me hace soñar ese sueño derramado de un agosto en septiembre transformado en diciembre
que es magia, desvelo, deshielo
inteligencia y locura.
¿Dónde has estado en todos estos días?
¿Buscándome en la lejanía para acercarte y diluirte
En un santiamén
de sexo?

Me arrebatas:
me impides salir a la cordura y a punta de pistola
ansiar tu cabellera negra
de seda: shampoo
y gemidos: cruces de piernas, logaritmos de caricias
dioses y demonios: pecado frugal.
2:00 de la madrugada.
Y la noche se escurre entre mis dedos
como tu pelo y mi pelo
como se fugan nuestros cuerpos y los cristales
soplados por el viento me ocultan tu rostro.

Todo tu cuerpo y toda tú se han difuminado:
¿cómo soñarte si has borrado tus formas con un trago
de odio: mezcla de canela y jengibre con dos gotas de olvidos al amanecer?
¿Dónde cerrar este paréntesis
si nosotros mismos nunca supimos que estuvimos juntos:
aparcelados nuestros instintos
humanizado nuestro Olimpo
o cualquier distante morada
del Señor?
reloj:
2:00 de la madrugada.
Las cortinas vuelan sobre las persianas azules de este sol de soledades: y me surge la interrogante, ¿alguna vez hubo intención de mostrarnos abiertos, entre sonrisas y caricias, danzas prohibidas, infierno y cielo, delirio, pasión, cortinas de seda?
Vuelvo a tu rostro delgado
Como tu cuello delgado tus senos delgados tu sexo delgado tus dedos delgados
y me afilio a la idea de ser tu pasado
aunque nos conociéramos ahora
en las próximas dos horas: derretidos en la cama,
olvidando que el mundo está allí
latente, real verídico, como el noticiero de las dos de la tarde
manchado
podrido, alienado
salpicado de sangre, de torres de dolor
de falsos profetas
reloj:
(esta parte es para ti)
Y de pronto te sueño, mujer.
con tu cabellera rubia, tus labios carnosos
tu sonrisa sin poses
tus senos redondos:
tu amasado rostro: ansiado rostro
y te digo: “quisiera besar tu rostro por una hora”
¿por qué tu rostro?
Y me preguntas: ¿por qué estás enamorado?
Y te respondo: no es fácil responder, no es ir a buscar una bicicleta y decir me gusta esa: es inexplicable, mujer.
Y bebes tu café
Ambos encendemos un cigarrillo y me explicas: tengo pareja, estable. Para casarme. Escucho cristales rotos por un ventanón. Un campanario enloquecido, el mundo fuera de su órbita: nada es tan dúctil, atrayente, como el reto de verte
Hablar de él.
reloj:
2:00 de la madrugada.
Entonces, al mirarme con tus pupilas ataviadas de sol
me dices: no te daré una respuesta
tiempo al tiempo a ver lo que pasa.
Y la has dado mujer
Tu pelo castaño recogido, cascada de seda
Me atrae con aroma.

Al abrir los ojos
me golpea la soledad.
El cuadro de silencio embriaga la hora.
Quisiera disolverme en ese minúsculo instante
En el que estuvimos ambos hasta la medianoche: batiéndonos contra el insomnio
Procurándonos en los átomos de tu risa desnuda
olvidándonos de todo
en la punta de la carne
reloj:
2:00 de la madrugada.
Alguien escribió nuestra historia,
a su antojo dirigió nuestras vidas
fuimos
personajes de un torrente inaudito: húmedo
viscoso, astral
de esto que es pesadilla antes de dormir.





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Acerca de mí

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Periodista, escritor, ganador del Premio Único de Poesía de la Centenaria Alianza Cibaeña de Santiago de Los Caballeros y autor de la novela infantojuvenil Héroes, Villanos y Una aldea, publicada por el Grupo Editorial Norma. Reportero del matutino dominicano Listín Diario.