

NÉSTOR MEDRANO
He llegado desde el principio de tu voz
en un viaje denso, largo y despoblado:
me he surtido en cada puerto
de miradas, de noches, de días y extensas
pasarelas de cansancio.
He buscado entre mercados y calles repletas de gente,
Entre plazas, hoteles y pensiones
Un develador de códigos para descifrarte
Con esos minúsculos enigmas.
Y en el viaje desde el principio de tu voz
descubrí que cada letra de un nuevo alfabeto,
cada sílaba bañada en almíbar
y crema de guayaba: ERAN el preludio de la lluvia.
Para derretirnos en su furor.
Y llegar ha sido difícil: en el trayecto he debido
lidiar con tu cuerpo, bronco desde la médula
salvaje desde el pubis y sus boscosos torrentes
por poco peligra la travesía.
No ha sido fácil domar lo indomable
ni morder esa boca de labios carnosos
ni aspirar a tu cuello al replantearse la noche.
No ha sido fácil descifrar esos códigos,
ni abrir esas carpetas donde guardas el odio
ni sustentarme en caricias grises color de la lluvia
para terminar desde el principio de tu voz.
No ha sido fácil despertar las corrientes del lecho,
donde se precipitan las aguas contra las rocas
y todo lo impactan, todo lo destrozan
desde el fondo del dolor
He llegado desde el principio de tu voz
En un viaje denso, largo y despoblado:
a partir de tu cuello
del batir de tu garganta
hasta las curvaturas de tu
cintura
y tus ecos son mudos
y al mismo tiempo
enmudecen mi voz.
en un viaje denso, largo y despoblado:
me he surtido en cada puerto
de miradas, de noches, de días y extensas
pasarelas de cansancio.
He buscado entre mercados y calles repletas de gente,
Entre plazas, hoteles y pensiones
Un develador de códigos para descifrarte
Con esos minúsculos enigmas.
Y en el viaje desde el principio de tu voz
descubrí que cada letra de un nuevo alfabeto,
cada sílaba bañada en almíbar
y crema de guayaba: ERAN el preludio de la lluvia.
Para derretirnos en su furor.
Y llegar ha sido difícil: en el trayecto he debido
lidiar con tu cuerpo, bronco desde la médula
salvaje desde el pubis y sus boscosos torrentes
por poco peligra la travesía.
No ha sido fácil domar lo indomable
ni morder esa boca de labios carnosos
ni aspirar a tu cuello al replantearse la noche.
No ha sido fácil descifrar esos códigos,
ni abrir esas carpetas donde guardas el odio
ni sustentarme en caricias grises color de la lluvia
para terminar desde el principio de tu voz.
No ha sido fácil despertar las corrientes del lecho,
donde se precipitan las aguas contra las rocas
y todo lo impactan, todo lo destrozan
desde el fondo del dolor
He llegado desde el principio de tu voz
En un viaje denso, largo y despoblado:
a partir de tu cuello
del batir de tu garganta
hasta las curvaturas de tu
cintura
y tus ecos son mudos
y al mismo tiempo
enmudecen mi voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario