15 abril 2009

JARINEANDO


La lluvia
Se adueña del sentido de mi piel y de esa que es también
tu piel. Sobre todo, cuando ambos bramamos al calor
de una tarde de caños sonoros y puertas cerradas.

Nos viste la lluvia
con su aliento tibio: nos mide en milímetros de espacios
que requieren tu cuerpo. Tu cuerpo para festinarlo
en un rito de vuelos, de manos embalsamadas y
alientos fugaces
de caricias azules que se internan
en la gruta de la simbiosis de la locura y la lucidez
¿Pasión, locura?
Y los destellos de un húmedo rocío
estimulan el abrazo
enternecido: la mordida sin brújula en
lugares prohibidos:
a las tres y media de la tarde.
La lluvia redunda sobre el techo. En los jardines
Chapotean gruesas gotas
Y se adueña del sentido de mi piel y de esa que es también
tu piel y mi piel.
La lluvia
Nos ablanda el instinto y permite mil estímulos edulcorados.
Claro ( que con un trago se enervan las cosas, se intimidan los poros y se encharca el sudor
a la hora de buscarnos entre nosotros. Adentro, en las afueras, desnudos, al nacer
y morir
)

La lluvia
Nos anida en el blanco puro de un aposento soñado
Allí, donde sin pedir permiso a Dios, invadimos los terrenos del cielo. Para construir
Realizar, mancomunar, reinventar el oficio del amor.
A las tres y media de la tarde.
Y chapotear en el salado de nuestro sudor.
Y erigirnos en monumentos a la lascivia y a la santidad.
Y bifurcarnos en las rutas agridulces
de la consumación de la lujuria.

La lluvia
Nos desnuda.
Nos interroga, nos quiere en perpetua exhibición
de los gestores del sexo: descolchándonos en la madeja prohibida
adivinando cada rincón inexplorado, husmeándolo al tacto
de la lengua
Al conocimiento pleno y visceral de los sentidos.
Nos viste la lluvia.
Que nos desgrana y nos presenta: tú, mujer, salpicada de mis
untuosidades
en la mágica armonía
de un ejercicio de búsquedas y desencuentros y al gemir
me haces temblar como un ser divino
cargado de humanidad que
te padece
te sufre
te viene y te va: la lluvia vigila, con sus hilos de media tarde
que ambos descubramos que juntos
somos
volcanes ígneos
masa de
amor
que en el lamido de tus
senos
tu sexo y
tus axilas
regeneremos los puntos olvidados
los
agujeros negros
de
la creación.

No hay comentarios.:

Powered By Blogger

Acerca de mí

Mi foto
Periodista, escritor, ganador del Premio Único de Poesía de la Centenaria Alianza Cibaeña de Santiago de Los Caballeros y autor de la novela infantojuvenil Héroes, Villanos y Una aldea, publicada por el Grupo Editorial Norma. Reportero del matutino dominicano Listín Diario.