15 agosto 2007

Mensaje directo para la mujer que protagoniza mis sueños



Ayer, cuando te vi por última vez hice un descubrimiento, que tal vez, cambie la ruta de mis próximos días, meses, años, ¿quién sabe? Lo determinante es que se trata de uno de esos descubrimientos que nos desnudan por dentro y por fuera, nos retratan de cuerpo entero y nos hacen ver como simples mortales incapaces de resistir una sonrisa como esa sonrisa con la que en cada minuto adornas tu rostro.

Ayer pude descifrarlo con claridad. Vi en tu rostro el rostro que quisiera estrechar en las noches de lluvia. El rostro cuya boca quisiera probar cuando los rayos de la lluvia convierten en gotas los primeros pasos para llegar al amor.

No fue un descubrimiento simple. Porque diariamente veo otros rostros y otros labios y otras sonrisas y otras mujeres encantadoras, pero no te veo a ti en ellas: eso, de manera definitiva, significa, que algo en mí está en ti o que, quizás sin saberlo, te has quedado con algo mío que se alimenta de tu calor y crece...a punto de enloquecerme cuando por una razón u otra, me miras.

Admitirlo es lo difícil. Pero creo que cuento con la hombría suficiente, si no para admitirlo, por lo menos para insinuarte, lentamente, con voz queda y sin mucha exaltación que, estoy al borde de la locura por ti.

Ayer descubrí que puedo quererte hasta el fondo de tu alma, que puedo transformarme en un soplo de tu sombra y hacerte sentir lo que una mujer debe sentir cuando las ansias de un hombre se desbordan, en algo, un sentimiento más allá de la pasión.

Lo que queda, en definitiva, es contemplarte: confesarte que eres la mujer que en este momento protagoniza las escenas de mis pensamientos, resumiendo encuentros y desencuentros, deseos y ganas de protegerte, en un abrazo, en una caricia, en un beso...

Descubrí que ocupas cada espacio de mi mente. Eso desde hace algunos días: sin saberlo tiranizas mis ansias y te haces dueña exclusiva de mis más caras aspiraciones presentes.

No lo puedo describir. Pero lo describo, con dos palabras simples: te quiero. Dos palabras simples que pueden sustituirse por otras dos: te deseo. Estás ahí y espero que no sólo estés ahí, sino que estés conmigo, cuando así lo decidas.

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Periodista, escritor, ganador del Premio Único de Poesía de la Centenaria Alianza Cibaeña de Santiago de Los Caballeros y autor de la novela infantojuvenil Héroes, Villanos y Una aldea, publicada por el Grupo Editorial Norma. Reportero del matutino dominicano Listín Diario.