10 octubre 2008

Hay que compartir el optimismo de Leonel


NÉSTOR MEDRANO

Soy de los que se suscriben al optimismo del presidente Leonel Fernández. Es cierto, en República Dominicana hay una situación económica difícil, que en gran medida obedece a los factores externos que ya todos conocemos de memoria. También hay problemas cuya raigambre la encontramos en décadas completas de políticas equivocadas, de esquemas mal utilizados, de enfoques mal dirigidos, de paternalismo y lucha voraz de intereses empresariales que, de algún modo y en unos campos más que otros, han incidido o contribuido a maniatar al gobierno. La situación desatada con la consabida crisis inmobiliaria de Estados Unidos, luego el estallido de una desaforada cadena de percances bancarios y financieros, las caídas bruscas de las bolsas, cuyos brazos letales se han extendido hasta las naciones asiáticas, en una indetenible carrera que apunta hacia el colapso, definitivamente, presenta un panorama sombrío y obliga a las naciones tercermundistas a buscar alternativas de contingencia para no caer desplomados como parte del resorte, que como países más débiles, se avizora en el panorama.
Esta crisis, prefijada por los precios incontrolables del barril del petróleo, por dependencia hacia un consumo energético, nos obliga a buscar fórmulas para distanciarnos de la dependencia hacia los combustibles fósiles, lo que hace que sea esperanzador el anuncio hecho por el jefe de Estado de que en cinco o seis meses serán instalados molinos de viento, y, que en los próximos cuatro años, gracias al uso de energía eólica, República Dominicana recibirá un aporte de 450 ó 500 megavatios, puede ser alentador, para mayores ensayos de búsqueda de energías alternativas. El mismo presidente Leonel Fernández ha referido que en Brasil se ha generado un consumo de más de un ochenta por ciento de etanol-combustible generado a partir de la caña de azúcar-, en el parque vehicular, con lo que, al tiempo que se mitigan los efectos devastadores del uso de las energías dependientes del petróleo y sus derivados, también se disminuyen las emanaciones tóxicas del mortífero monóxido de carbono, otro aporte significativo al medioambiente, en este momento, de tanta contaminación, en el cual la salud humana va de la mano con la salud del planeta y la necesidad de que sean preservados los recursos naturales.
Estas reflexiones no pretenden contribuir, a manera de anestésico local, con una falsa percepción de la situación de contracción económica que agobia a la mayor parte de la población, aunque sí van en el sentido de que el presidente Fernández tiene razón al decir, más de una vez y en más de un escenario, que las grandes crisis, como las que nos sacuden en la actualidad, son fuentes de grandes oportunidades para crear y salir de la nebulosa. ¿Por qué abandonarnos al oscurantismo de un pesimismo que al final de cuentas nos cerrará más las expectativas de mejoría? Hay quienes han criticado la actitud asumida por Fernández Reyna e incluso, tratan de pincelarla como un atisbo de indiferencia ante el actual escenario. Si nos fijamos bien en sus declaraciones, en sus planteamientos conceptuales, en los que incluso ha hablado del efecto economía de casino y especulación de los agentes económicos vinculados a la explotación del petróleo, estaremos contestes en que es la realidad: hay quienes están manipulando mecanismos para beneficiarse de este mar revolteado con precios más elevados, y con las secuelas que esta actitud representa para un mundo cada vez más dependiente del petróleo. ¿Cuáles son las alternativas en las que debe basarse el gobierno para proyectar una solución a corto, mediano y largo plazos de este conflicto? Sin lugar a dudas la explotación de las fuentes de energía alternativa. Hace varias noches al pronunciar una conferencia sobre Desarrollo Sostenido en la cual estuve presente, el presidente Leonel Fernández lo esbozó de manera total: se debe buscar el modo de romper la dependencia hacia los combustibles fósiles y el imperio de la industria petrolífera para enfocarnos en la implementación de vías como los molinos de viento, la creación de alternativas para el desarrollo masivo de energía solar, lo que no podrá hacerse de golpe y porrazo, porque se debe estimular, del mismo modo, un mecanismo que implique la adecuación de los intereses creados, que se lucran durante décadas con la explotación de los productos derivados del petróleo. Hay una línea directa que impacta de dos formas: la reducción de costos económicos y la protección del medio ambiente, que en República Dominicana es un tema vital, por su posición geográfica, la degradación de sus bosques y la pérdida lenta, pero indetenible de sus recursos naturales. A veces resulta hasta chocante, es lo que se ha manifestado, ver y escuchar a nuestro jefe de Estado, elaborando una panorámica internacional de la problemática, cuando República Dominicana posee un nido de espinosos conflictos propios, pero, debemos concordar que en un mundo cada vez más interconectado, entrecruzado por las vías de comunicación electrónica, con un número creciente de acuerdos comunes como el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y los países de la región, con la total eliminación de las fronteras entre las naciones-hablo en el ámbito económico que no de delimitación territorial, por nuestra posición con Haití, lo mismo que Estados Unidos con México, etc; no hay modo de que podamos sobrevivir de manera individual ante una problemática multicausal internacional, que es el término utilizado por el gobernante.
Como presidente de la República Leonel Fernández no puede, de ningún modo, emitir una opinión ligera sobre la situación económica de su propio país. Tampoco puede expresar una opinión pesimista, porque como primer gerente de la nación, está compelido a buscar soluciones, programáticas, estratégicas, más que coyunturales, y de ser posible inyectar optimismo a un país que igual que pan y educación, necesita esperanzas y sueños.


El autor es periodista de Listín Diario

1 comentario:

Ojo Critico dijo...

igual yo, pero de lo que no estoy de acuerdo es que el gobierno no haga nada para enfretarla solamente ser optimista y ya, disculpa mi opinion pero es asi, me gusto tu blog y creo que tiene una calidad muy buena saludos desde ojo critico rd.

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Periodista, escritor, ganador del Premio Único de Poesía de la Centenaria Alianza Cibaeña de Santiago de Los Caballeros y autor de la novela infantojuvenil Héroes, Villanos y Una aldea, publicada por el Grupo Editorial Norma. Reportero del matutino dominicano Listín Diario.