No he vacilado nunca en negar que lo otro
es el stop de una etapa superada hará dos horas
un poco más tarde. Tampoco temo al reloj de arena
que, despacio se petrifica para que no exista tiempo:
solo una colección de sombras y postulados oscuros
sobre las penurias de nuestra realidad.
que estuvo a punto de existir: se interrumpió
cuando apareciste a punto de descalabrarme
con los minutos del insomnio. No he vacilado al admitir
que tu partida a las dos de la tarde se produjo a las dos
de la madrugada instantes antes de descalabrarse el reloj.
Reloj:
2:00 de la madrugada.
¿Por qué desdecirme si solo eres un espejismo, un pasado
natimuerto del presente que pudo ser y que no fue por tu temor
por esa cobardía que te hace negar lo que es innegable y que te
perturba cada instante en el cual me miras y me besas con el
deseo de besar más allá de las mejillas?
¿Por qué desorganizar las piezas de mi memoria que te recuerdan
Evocando una sugestiva caricia, por lo menos un lamido existencial
A tus pezones de mujer prohibida que nunca fue y que todavía puede ser
Incluso hoy, puedes decidir sobre mí y tenerme cerca aunque estemos lejos
y pedirme ven estoy sola quiero que me quieras y me acompañes en el café y reconozcas que puedo ser yo mismo más allá de tu miedo y del miedo que nos provocamos cuando estamos cerca
que nos descaracteriza, nos distancia y nos acerca
nos hace cómplices de un diálogo de mudos y de
una plática de confesos amantes de papel y computadora.
Nos amamos.
Y es que nos diluimos todos los días en esta verdadera mentira que somos
Ambos y que los dos pretendemos ocultar ocultándonos de nosotros mismos y hasta de las llamadas de nuestros labios de nuestros cuerpos de ti de mi
De los dos en vida y en las cotidianas mañanas de todos los días.
es el stop de una etapa superada hará dos horas
un poco más tarde. Tampoco temo al reloj de arena
que, despacio se petrifica para que no exista tiempo:
solo una colección de sombras y postulados oscuros
sobre las penurias de nuestra realidad.
que estuvo a punto de existir: se interrumpió
cuando apareciste a punto de descalabrarme
con los minutos del insomnio. No he vacilado al admitir
que tu partida a las dos de la tarde se produjo a las dos
de la madrugada instantes antes de descalabrarse el reloj.
Reloj:
2:00 de la madrugada.
¿Por qué desdecirme si solo eres un espejismo, un pasado
natimuerto del presente que pudo ser y que no fue por tu temor
por esa cobardía que te hace negar lo que es innegable y que te
perturba cada instante en el cual me miras y me besas con el
deseo de besar más allá de las mejillas?
¿Por qué desorganizar las piezas de mi memoria que te recuerdan
Evocando una sugestiva caricia, por lo menos un lamido existencial
A tus pezones de mujer prohibida que nunca fue y que todavía puede ser
Incluso hoy, puedes decidir sobre mí y tenerme cerca aunque estemos lejos
y pedirme ven estoy sola quiero que me quieras y me acompañes en el café y reconozcas que puedo ser yo mismo más allá de tu miedo y del miedo que nos provocamos cuando estamos cerca
que nos descaracteriza, nos distancia y nos acerca
nos hace cómplices de un diálogo de mudos y de
una plática de confesos amantes de papel y computadora.
Nos amamos.
Y es que nos diluimos todos los días en esta verdadera mentira que somos
Ambos y que los dos pretendemos ocultar ocultándonos de nosotros mismos y hasta de las llamadas de nuestros labios de nuestros cuerpos de ti de mi
De los dos en vida y en las cotidianas mañanas de todos los días.
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